sábado, abril 28, 2007

Fábula del duelo entre el Bruto y el Seco.

Por: Anonimo Jester.
Un tipo, tan, tan poderoso como ignorante, se encontraba frente a un seco, seco de todo aspecto. Sin poder y sin dinero, pero, inteligente. Sin mediar palabras ni armas, era un duelo en la dimensión desconocida, en la nada, para la gente que transitaba por los pasillos de la Casa de la Cultura.
La ignorancia del poderoso no era lo bastante, como para no darse cuenta ante quien estaba. Y eso lo hacía endeble, lo suficiente para que por esa fisura escapara un atisbo de inseguridad, para lo cual, peor el remedio que la enfermedad, utilizaba la parquedad como sellador de contacto, de los que se le ponen a las cañerías.
Claro que el sellador era una luz en el camino para el inteligente, que solo lo miraba y sonreía, avispado de la falla.
Entonces, el poderoso se volvía más parco y más bruto, y subía la escalera alfombrada de silencio, para poder mirar al seco desde arriba, con chapa de diferencia social garantizada.
Sin embargo, nada podía hacer el tipo, que acumulaba propiedades, dinero y poder, contra el seco que había leido un libro.
¡El muy ignorante ni se lo imaginaba!

No hay comentarios.: