viernes, diciembre 16, 2011


Qué lindo tomar unas copas de más. Las suficientes para comprender que mierda hicimos en el día de hoy. Viajamos junto a un montón de vísceras en un tubo de lata con ruedas hasta, apenas, unas cuadras cerca de nuestro laburo. Qué contiene la piel? A veeerr. A si, ya se, pensamientos. Qué pensé cuando nos vi así a todos enlatados: guau, qué carajo somos. Habría que llenar el subte de blues, si de blues al palo. Si la frase te suena a intelectualoide es porque no escuchaste buen blues. Bueno, pero eso no imparta. Me interesaba pensar en estas copas de vino que me hacen ver la cosa distinta. Los taninos con sabor frutado para acompañar pastas: Minga!! Corrés la rayita del horizonte, probalo.

viernes, diciembre 02, 2011

Cornópolis


EL PRIMERO.
Siempre. Siempre quiso ser el primero.
Por eso en este cuento voy a comenzar hablando de él. Y voy a terminar con él.
Juan Carlos no era el mayor de siete hermanos, sin embargo lo sugería. Destacándose en el estudio y los deportes en el secundario, luego en la universidad y, más tarde, como gerente de una multinacional con la que se llenó de plata. La suficiente para hacerle creer a cualquiera, que era el primero en la familia que había triunfado.
Fue el primero en tener novia, cuando los mayores no pasaban de “filitos”, como decían los viejos. J.C fue el primero en casarse, cuando los otros, que ya pasaban los treinta largos, recién empezaban a sentar cabeza, con novias que les aguantaban, por lo menos, dos años.
Fue el primero en tener un hijo: el primer nieto. El primer sobrino entre seis tíos.
Juan Carlos, fue el primero en caer en desgracia y separarse. Aunque sin embargo, fue el primero en volver a casarse. Cuando ninguno de los otros hermanos lo había hecho aún.
Así fue que su segunda esposa le cedió el privilegio, de ser el primero en abrir el sobre de sus análisis y enterarse de que no podían tener hijos. Porque Juan Carlos era estéril.
Siempre el primero, para toda la familia.